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Qué mejor momento que la semana de San Valentín para cuidar lo que más quieres. Si el coche es como tu segundo amor, estos consejos te serán de gran ayuda. Podrás aumentar la vida útil de tu coche o, al menos, intentarlo, si empiezas a hacer estos pequeños trucos en tu día a día. ¡Te librarás de ir al taller!
Sobre todo, no descuides los frenos y el chasis. También es importante cambiar los filtros y las correas, ya que pueden dañar el motor y esto aumentará el consumo de combustible.
Deberías comprobar a menudo que el frontal del coche está en buen estado. Las chinas de la carretera pueden hacer mella en la pintura del capó o incluso en el cristal. Si el cristal ha sufrido algún daño, no tardes en llevar a repararlo o acabarás cambiando la luna entera.
Es importante revisarlas para que tu coche no sufra filtraciones de agua cuando llueve.
Es recomendable comprobarlo una vez al mes, ya que la falta de lubricante podría ocasionar daños bastante importantes en el motor de tu coche.
Sigue los plazos de la garantía del fabricante. La correa de la distribución es, sin duda, ¡una de las reparaciones más caras!
Una vez al año, revísala junto al sistema de encendido. Así te evitarás la sorpresa de que tu amado coche no quiere arrancar esa mañana en la que vas justo de tiempo al trabajo…
Ante cualquier cambio que se note al pisar el pedal, acuda al taller… ¡No estamos hablando de cualquier cosa!
Los limpiaparabrisas deben sustituirse al final de cada verano y siempre que dejen rastros en el cristal. Si no se hace así, podría arañar la luna y será un daño irreversible.
Se recomienda revisarlos cada 20.000 km.
Debes comprobar la presión una vez al mes, y mirar el desgaste de los neumáticos cada vez que salgas de viaje. ¡No olvides ajustar las ruedas a la carga del maletero!
Es conveniente estar atento a este tema para cambiar algunas piezas del aire acondicionado cuando pasen los años. Además el aire necesitará cargas cada cierto tiempo, para que este refrigere correctamente.
La pintura puede encontrarse con varios enemigos, como son el sol, los excrementos de pájaros, los insectos… Esto puede solucionarse dando a tu coche una capa de cera. Es recomendable aplicarla unas dos veces al año, para protegerlo así de los agentes externos.
La acumulación de suciedad, además de dejar un aspecto horrible, puede crear un foco que lleva de manera fácil a la corrosión. ¡Mantenlo limpio!
Si conduces manteniendo una velocidad constante, sin acelerones y frenazos bruscos, además de conseguir ahorrar combustible, estarás cuidando la mecánica de tu coche. ¡En :DriveSmart podemos ayudarte con esto! 😉
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