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Los radares en España son como un mal cuñado. Llevan ya tanto con nosotros, estamos tan acostumbrados a verlos, a evitarlos y a hablar mal de ellos que no nos paramos a pensar cuándo llegaron a nuestras vidas. ¿Cuál fue el primer día que comió en mi casa? ¿Y cuál el primer día que frené al pasar por delante de uno de ellos?
En :DriveSmart nos hemos levantado con ganas de resolver estas dudas existenciales, así que hemos dicho “¡qué demonios, vamos a enterarnos de cuándo y por qué aparecieron!”. Los radares. Lo del cuñado ya os lo dejamos a vosotros…
En el mes de marzo de este año entran en funcionamiento los primeros radares en España. No podían multar a más de 150 km/h, aunque tampoco era una velocidad fácil de alcanzar en esa época, ni por las propias carreteras ni por los vehículos.
Dado el pequeño número de coches que circulaban, y lo complicado que resultaba adaptar la tecnología en ese momento, comenzaron a funcionar dos radares, llegando a unos 40 a final de año. Casi como los que hay ahora…
Si nos fijamos en la imagen llama la atención el comentario del capitán de la Guardia Civil que aseguraba (ya por entonces) que “el 30% de los accidentes se debe a un exceso de velocidad”. Parece que el discurso que se mantiene desde la agrupación no ha variado mucho en las últimas décadas.
Sobre estas líneas, os presentamos el aspecto que tenían los radares de la Guardia Civil montados en un SEAT 124. La imagen no tiene desperdicio…
Y de foto a foto… La que os mostramos a continuación es una de las primeras multas que se han impuesto en España, y también de las más antiguas de las que se tiene constancia en el archivo fotográfico. La sanción corresponde a un exceso de velocidad en el túnel de Guadarrama, en la N-VI, cuando las fotos se tomaban desde el frente en vez de por la parte trasera, algo que desató la polémica puesto que no solo desvelaba las infracciones al volante sino también… con la parienta.
Con el tiempo, eso cambió y los radares pasaron a captar únicamente la parte trasera del coche. Eso sí: seguro que hasta ese momento, la fotografía frontal generó muchas situaciones curiosas…
Con el año recién estrenado, en el mes de enero el multado era un Renault R8, y el que multaba era un SEAT 124, dos de los vehículos más vendidos en la España de los años 70, dos auténticos clásicos, como podemos ver en la foto cortesía de Piel de Toro.
La infracción se comete en la antigua N-630, cerca de La Algaba, en Sevilla, y la multa fue de ¡250 pesetas!, por superar en 15 km/h la velocidad máxima permitida. Ojo a la foto del reloj analógico, el lugar donde está estacionado el coche escrito a mano y el cálculo grosso modo de la velocidad. Derroche de medios.
El número de coches que circulan por nuestras carreteras se dispara desde el año 1985, principalmente debido a la mejora de la situación económica, que permite la adquisición del primer vehículo a aquellas familias que no tienen ninguno, y que aquellos que ya tenían uno de esos prehistóricos modelos formados por una carrocería y un motor espartano, puedan renovarlo por uno con adelantos enormes para la época, como el aire acondicionado, la dirección asistida o el ABS. Sí, esa época ha existido, aunque quizá no lo sepas, pero conducir un coche con dirección resistida no es lo más fácil ni agradable del mundo.
Este crecimiento de vehículos conllevó un aumento exponencial del número de fallecidos en carretera, alcanzándose picos históricos en nuestro país. La preocupación en las autoridades llevó a tomar una dirección a la DGT, la cual mantiene actualmente en mayor o menor medida: culpabilizar al conductor e introducir medidas punitivas más severas para los infractores.
A día de hoy contamos con sistemas de medición y sanción para dar y tomar: radares fijos, que son los que están colocados en la mayoría de las autovías y autopistas, cada vez más modernos y capaces de multar en varios carriles a la vez, radares de tramo, que calculan la distancia media entre un punto A y un punto B, radares móviles, bonitos habitantes de nuestras cunetas, radares en los semáforos… y hasta radares en helicópteros, con el Pegasus como embajador y precursor mundial de los radares voladores.
Una vez recopilado todo, te recordamos la manera más sencilla y efectiva para que no te cace ningún radar: que no te saltes ningún semáforo y que vayas siempre por debajo del límite de velocidad. Es complicado, lo sabemos, pero tú eres un conductor tremendamente smart, ya puedes descargar gratis :DriveSmart en Android e iOS para ayudarte a serlo más aún, ¡un auténtico lujo!
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Hay una pelicula española titulada ”Accidente 703” realizada en 1962,donde aparece un sistema de radar movil.
Nunca nos habrían fotografiado a un exceso de velocidad si fuéramos ¨un poco¨ más respectuosos con las normas de circulación y que fuéramos conscientes de que nunca podremos contar con la Segunda Oportunidad que no tendremos JAMÁS en la vida.