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Todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país nos tenemos que regir por las mismas normas, que para algo somos (al menos, teóricamente,) iguales ante la ley. Los políticos, como representantes del pueblo que son, tienen la obligación no solo legal, sino también moral, de dar ejemplo con sus conductas. Al fin y al cabo, si no cumplen ellos la ley, ¿cómo pretenden que lo hagas tú?
Todo esto parece que a María Antonia San Martín, concejal de Ciudadanos en Mérida, y a su marido no les cuadra demasiado y prefieren hacer las cosas “a su manera”, según nos cuentan los compañeros de Hoy.es
De camino al Teatro Romano de Mérida, la concejal se baja del vehículo mientras que su marido se dirige a aparcar su todoterreno a una zona reservada, para la que él no tiene acceso ni permiso para estacionar. Pero, además, decide hacerlo en dirección contraria pese a la presencia de la policía local.
Los agentes le paran y, según recoge el atestado, así se las gasta el caballero: “Una vez detenido el vehículo por los agentes, el conductor, en una actitud soberbia y prepotente, manifiesta no haber cometido ninguna infracción”. Sin embargo, no se terminó ahí: se negó a identificarse, aduciendo que él era el marido de la concejal.
Aunque supondría que la frase mágica serviría de comodín, en este caso no ha sido así: la policía local ha cumplido con su deber, tramitado una denuncia por carecer de identificación personal del vehículo y por incumplir la normativa de circulación. Además, no pudo aparcar donde se empeñaba en hacerlo, por lo que tuvo que buscar sitio como todo hijo de vecino.
Todos tenemos derecho a equivocarnos, políticos y maridos incluidos, así que desde aquí lo que les proponemos a estos dos señores es que abracen la conducción positiva, que es mucho más chula que la agresiva, más segura, económica y, además, hace que la policía te guiñe el ojo por ser tan buen conductor. ¡Todo ventajas!
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