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Ni diez ni once ni doce. Nueve. Solo nueve. Son los meses que ha necesitado para ocupar la primera posición del podio del Reto de febrero de 2020. Eso con el Reto DriveSmart, porque algunos menos ha necesitado para ganar otro reto interno que la empresa en la que trabaja organiza también con DriveSmart.
Pablo Pajares Tarancón asegura que su truco pasa por combinar la atención con la anticipación. Aunque reconoce que alguna multa sí le ha caído (hace tiempo) por exceso de velocidad, al volante nada consigue distraerle. Ni siquiera las conversaciones de su familia en el coche. Echa de menos en la carretera un poco más de empatía, sobre todo a la hora de señalizar los cambios de carril. Sin embargo, destaca de los conductores españoles que siempre están dispuestos a echar una mano.
Adelante, Pablo. Estamos deseando conocerte más y mejor.
En mi caso, el truco es estar muy atento a la circulación y a las señales. Siempre con anticipación.
Mucha alegría y emoción.
Desde mayo de 2019.
Casi haría la pregunta al revés. Incluso cuando no llevo la app conectada procuro estar muy centrado solo en conducir. Mi familia me acusa de no oír ni participar en conversaciones.
Conozco a otras personas que conducen mejor que yo. Conducir no es manejar los instrumentos del vehículo, es saber interactuar con el entorno y resto del tráfico tanto en movimiento como cuando estamos parados. Para mí, el reto es adecuar tu conducta al entorno y dentro de las normas.
Creo que somos egoístas, que nos falta ser empáticos con el resto de los conductores. Para mí una asignatura pendiente es lo que yo llamo “usar luces de colores”, los intermitentes, para los cambios de carril.
Hace tiempo (tocaré madera) que no me han puesto multas. Algunas he tenido a lo largo de mi vida. Y he de reconocer que todas por exceso de velocidad. También algún Guardia Civil me ha amonestado alguna vez de palabra, sin sancionar.
En mi empresa se han implantado retos trimestrales con gran aceptación. Te ayuda a conocer cómo tu forma de conducir, aunque creas que es buena, puede ser mejorable. Es un aliciente al coger el vehículo, intentar obtener un 100 y darte cuenta dónde has fallado para poder mejorar.
En mi caso, lo rápido que te entrega el reporte del desplazamiento. Todavía recuerdas lo ocurrido y puedes asimilar lo que fue incorrecto del viaje.
Atención al entorno.
Las “luces de colores” y mantenerme en mi carril, no ocupar dos.
Comprobar que todo está correcto y ponerme el cinturón.
Al volver a casa y parar el motor. Hogar dulce hogar.
Para los de cierta edad que hemos conocido las antiguas carreteras nacionales de doble sentido, saber medir bien las distancias, tomar curvas y manejar el cambio. Por supuesto, la ayuda en carretera, siempre dispuestos a apoyar, es la forma de ser del español.
¡Cómo nos gusta acompañarte en tus viajes, Pablo! Ahí seguimos, a tu lado. Y a tu disposición, ya sabes: siempre estaremos encantados de echarte una mano. O dos. #SomosFansDeTi
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