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Debe ser una de las leyes de Murphy. Basta que llegue el día más caluroso del año y el sol empuje el mercurio de los termómetros hasta superar la barrera de los 30 grados para que el aire acondicionado deje de funcionar. Para colmo, seguro que sucede en pleno atasco… o durante el viaje de vacaciones.
¿Cuál es la causa? Existen muchas que pueden originar un mal funcionamiento tanto del sistema de climatización como del aire acondicionado. Sin embargo, las más comunes se centran en fallos básicos de mantenimiento: desde un nivel bajo del refrigerante hasta la acumulación de suciedad en el condensador, pasando por la posible existencia de fugas en el circuito de circulación del gas.
Para detectarlas y dejar a punto el aire acondicionado del coche para el verano resulta fundamental tener en cuenta cinco pautas básicas. ¡Fíjate!
Aunque no se trata de una avería en sí misma, si el refrigerante presenta un nivel bajo del líquido, puede traducirse en el mal funcionamiento del aire acondicionado.
La solución: una simple recarga es la solución para garantizar un habitáculo fresquito frente al sol.
Hojas, insectos, polvo… Al circular por carretera, la suciedad adopta múltiples formas y se cuela en cada rincón. Por ejemplo, en el condensador, que suele ir incorporado justo enfrente al radiador por lo que su ubicación dificulta que se mantenga limpio.
La solución: una limpieza con aire a presión solucionará este problema.
Antes de arrancar de viaje y para evitar sorpresas desagradables en pleno verano lo más recomendable es revisar el sistema de climatización o aire acondicionado. Lo normal es que, cada año, se produzca una pérdida de hasta un 10% del refrigerante del sistema por evaporación natural, por lo que el sistema perderá efectividad.
La solución: ante la pérdida por evaporación natural, lo aconsejable es revisar y recargar el sistema cada dos años. Además, en la revisión comprobarán la existencia de fugas en el circuito de circulación del gas.
El cambio del refrigerante implica también la renovación de componentes que evitan la acidificación y oxidación, que pueden afectar al compresor y demás elementos del sistema. Si no sabes cómo hacerlo, no te arriesgues, en cualquier taller se podrán encargar de hacerlo… ¡y en unos minutos!
Los fabricantes señalan que para alargar la vida útil del sistema de climatización o de aire acondicionado del vehículo, se deben llevar a cabo dos tareas básicas de mantenimiento: la sustitución periódica del filtro del aire cada 15.000 kilómetros y la desinfección del sistema de climatización.
La solución: en el mercado existen aerosoles que se venden para poder llevar a cabo, sin pasar por el taller, la desinfección básica del sistema, aunque se recomienda alternarla con alguna realizada por un profesional.
Existen señales que son, en realidad, síntomas de los posibles fallos de funcionamiento del aire acondicionado. Te ayudamos a detectar algunos de ellos, pero si no sabes cómo solucionarlos, la recomendación pasa por la visita al taller. Ten cuidado si…:
Revisar, mantener, limpiar y renovar son las claves para evitar sorpresas desagradables con el aire acondicionado durante el verano, y que Murphy nos pille fresquitos… Y con :DriveSmart instalada, por supuesto. 😉
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