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Sabes de qué forma afectan las drogas a la conducción. Conoces cuáles son los efectos del alcohol al volante. También eres consciente de lo difícil que puede llegar a ser conducir cuando te sientes cansado o débil.
Pero, ¿alguna vez te han detallado las consecuencias que provocan muchas enfermedades comunes y cómo pueden afectar a la capacidad del conductor? ¿Y las medicinas que se utilizan para tratarlas?
Existen muchas enfermedades que entrañan riesgos para la conducción. Entre ellas destacan algunas muy comunes como la hipertensión, la gripe, el resfriado común, las alergias, la bronquitis, la diabetes, el insomnio y los trastornos mentales. Destacan por ser dolencias muy comunes, pero no son las únicas.
¡Que no cunda el pánico! Decir que suman riesgos no significa nada más que eso, por lo que ante una enfermedad lo más importante es seguir el tratamiento adecuado, consultar los posibles efectos al volante y respetar las pautas y precauciones prescritas por el médico. Eso sí: si entre esas precauciones se encuentra la de no conducir… ¡cúmplela!
Si cumples, al pie de la letra, tu tratamiento bajo la prescripción médica y tomas las debidas precauciones (especialmente en las fases sintomáticas), el riesgo de accidente baja a niveles normales. En caso contrario, muchas enfermedades pueden llegar a ser mortales en el tráfico, puesto que sus efectos están en la cara oculta de muchos accidentes de tráfico. Consulta siempre a tu médico y utiliza :DriveSmart en tus desplazamientos, la seguridad de todos es lo primero.
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