Manual general del conductor andaluz

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Andalucía es una tierra especial. Y no lo digo porque me hayan encomendado este artículo. Tampoco tiene nada que ver que sea más andaluz que el gazpacho🙄. Ya lo han dicho otros. La idiosincrasia de nuestra tierra ha sido explicada por paisanos como Averroes, Séneca o Juan Luis de Tarifa. Ha inspirado a genios como Antonio Machado, Federico García Lorca o Rafael Alberti. Y está enhebrada con acordes de Paco de Lucía y quejíos de Camarón

Dentro del paraguas andaluz, se cobijan 8 provincias como 8 soles. Y, aunque tienen cosas en común, se revisten con diferencias entre sí. En este sentido, el habla es uno de los ámbitos a los que podemos hacer referencia. Y con habla no estamos señalando el acento. Que también. Sino a las expresiones que son características en cada una de sus variantes. Por ejemplo, depende de donde estés, al ganador del Reto :DriveSmart se le puede decir que su conducción es flama, perita o del carajo. ¿No te lo crees? Vamos a contarte cómo somos los andaluces al volante. ¡Al lío!

Daltonismo ilustrado

En Andalucía, cuando nos ponemos a los mandos del coche, suele producirse un fenómeno paranormal. A mí me gusta catalogarlo como el daltonismo ilustrado. Daltonismo porque en cuanto nos ponemos en marcha, se nos presentan enormes dificultades para diferenciar los colores. E ilustrado porque me parece un apellido magnífico para el daltonismo. Es como que confundimos los colores, pero con clase. 

Volvamos al déficit de interpretación de colores. Tenemos que decir que esto es algo que sólo se produce en los semáforos. Esos aparatejos que se ubican en las intersecciones. Y su misión es regular el tráfico de las ciudades. Verde, rojo y el más guay: el ámbar. Aunque la Educación Vial en la teoría es la misma para todo el conjunto de españoles… Los andaluces, en la práctica, le damos una vuelta de tuercas. Y aportamos algunas variaciones.

Por ejemplo, el rojo significa prohibición al paso. Pero para nosotros es más un rojo con tintes verde esperanza. Porque justo cuando el semáforo va a encenderse en este color, nos queda siempre la esperanza de pasar. Y pasamos. Sin mirar atrás. Porque aunque esté en rojo, estamos ya en medio y “ya que estamos”… Pues pisamos el acelerador aunque hayamos iniciado la marcha con el semáforo en color tomate. 

Sin embargo, el verde nos inspira tranquilidad. Es como un chute de tila. Y podemos ir a velocidad de tortuga mientras lo veamos. Por último, el ámbar, que significa precaución, nos altera. Así que en lugar de parar por su inminente cambio a rojo, aceleramos como si se nos fuera la vida en ello. Y aderezamos la situación manifestando nuestra famosa triple negación para afirmar contundentemente que pararnos no es una opción: “No ni ná”.

La paciencia

Ya no es que tengamos poca. Es que la tenemos por estrenar. Cualquier situación cuyo desenlace se demore en el tiempo más de lo normal, nos pone tan nervioso como un cantante con hipo. Cuando somos los culpables, nos callamos. Pero cuando es otro, entramos en cólera. Ahí entra en juego la variación geográfica del lenguaje. Al “venga ya”, se le adjunta un ramillete de nombramientos tales como ‘carajo’, ‘cabrón’ ‘copón’, ‘mamona’, ‘cojones’, ‘mamahostia’ o ‘pollita’. 

En los atascos lo pasamos fatal. Como se vaya formando un aglomeración de coches, ya estamos esperando al primer toque de claxon. El efecto dominó nada como pez en el agua en el momento en el que el primer coche lo presiona. Y debes sentirte dichoso porque sin comprar ninguna entrada, estás asistiendo a un concierto melódico que ya quisiera la Filarmónica de Viena. Dicho sea de paso, en Andalucía la palabra ‘claxon’ es tan inexistente como poner los intermitentes en las rotondas. Nosotros “tocamos el pito”. Y se lo tocamos a quien no lo hace bien. Pero en ambos sentidos. En el de apretar el claxon y en el de incordiar al conductor en cuestión.

En los ceda al paso, muchas veces hacemos de todo, menos ceder el paso. A lo lejos vislumbramos el ceda. Pero cuando llegamos, el recuerdo de la señal se nos esfuma. Y metemos el morro del coche en mitad de la intersección, así como demostrando quien es el que manda. Y claro, no sólo pasamos primero, sino que por mucho que queramos ceder el paso, cuando medio coche está en la intersección ya no podemos brindarle el paso al prójimo. 

Aquí las comparaciones no son odiosas

Y es que la enciclopedia de comparaciones relacionadas con el motor es muy rica en cuanto a su variedad. No queremos caer en tópicos típicos. Pero es que en el sur somos muy ingeniosos a la hora del doble sentido. Cuando tienes el coche sucio, se han escuchado joyas como: “Ese coche tiene más mierda que el dormitorio de una gallina”, “¿Estás esperando a que llueva?” o “Si eres así en la intimidad, llámame”.

Otro de los casos es cuando te montas en un coche y está equipado con lo justo. Por no tener no tiene ni alfombrillas. Y de ambientador tiene un paquete de chicles abierto. Cuando damos con este tipo de conductor, se le dice que “te gastas menos en el coche que un barco en frenos”, “te gastas menos que un caramelo de mármol” o “te gastas menos que la barandilla de un noveno”.

Traductor de expresiones y conductas de Andalucía

  • Saludo estándar: me cago en tu (inserte familiar de primer orden)
    • Sustantivos a añadir al final del saludo muy andaluces: ‘carajo’, ‘cabrón’ ‘copón’, ‘mamona’, ‘cojones’, ‘mamahostia’ o ‘pollita’.
  • Cuidado si ves un coche con matrícula de fuera PORQUE VIENE A QUITARTE EL APARCAMIENTO.
  • En caso de atasco, siempre debes maldecir a todo el que esté delante tuya.
  • Los semáforos sólo tienen un color… ¡el verde!
  • Los pasos de peatones están dibujados a lo largo de toda la carretera, porque cruzamos por donde nos apetezca.
  • Los STOP funcionan con carácter retroactivo.
  • Los ceda el paso son como los Reyes Magos.
  • En autovía la velocidad mínima es de 120… Y la máxima 121.
  • El cambio de carril se hace sin mirar por los retrovisores.
  • Los adelantamientos van acompañados de una miradita tal que así😏
  • Sabes que el conductor tiene los 8 apellidos andaluces si los intermitentes brillan… por su ausencia.
  • Si te dicen “¿dónde vas?” no pienses que nos interesamos en el destino de tu viaje. Esto significa que vas más rápido de lo debido.

A toda la legión de usuarios :DriveSmart de Andalucía… ¿Podéis aportar otras conductas que suceden por vuestra zona? ¿O expresiones que hayáis escuchado en situaciones parecidas? Estamos locos por leeros, así que… ¡déjanos tu comentario!

 

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