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100 años entre nosotros y siguen siendo tan importantes como hace un siglo. O más. Día tras día, inmóviles frente a los conductores, ellos se convierten en el centro de todas las miradas de quienes vamos al volante. Y en la clave de la seguridad, sobre todo, en zonas urbanas. ¡Benditos semáforos, qué sería de nosotros sin ellos!
Tras 10 décadas de funcionamiento, el estudio “Un siglo ante el semáforo” de AutoScout24 refleja lo que hacemos los españoles mientras esperamos a que el rojo se transforme en verde.
Antes de nada, nos quejamos. Sí, a todos los conductores nos parece que el semáforo permanece demasiado tiempo en rojo, aunque no nos planteamos que es porque hay algún peatón cruzando delante de nuestras narices u otro semáforo cercano en verde. Sin embargo, eso no es lo único. ¿Que más hacemos cuando la luz roja se convierte en el centro de todas las miradas?
Mientras esperamos a que el semáforo cambie a verde una de las costumbres de los conductores españoles es aprovechar para echar un vistazo a los coches que tenemos alrededor. Que si “mira ese chaval con ese Mercedes… ¡Ya, será de su padre!”, que si “esa chica ya podía lavar algún día el coche, que puede plantar patatas en el capó”…
Lo que no dice el estudio (seguramente porque no lo reconocemos) es que también miramos a quien está dentro del coche… ¿Cierto o no?
Estiramos un poco los brazos, el cuello, y relajamos la vista. Todos sabemos que hemos de descansar cada poco tiempo mientras conducimos, por lo que nada mejor que aprovechar estos tiempos muertos para relajarnos.
¿Y si llevamos acompañantes? La respuesta es sencilla: relajarnos, sí. ¡Y hablar! ¡Hablar es una terapia natural contra el estrés y el nerviosismo… muy eficaz!
Ya que estamos esperando, echamos un ojo por el coche o el bolso a ver si tenemos algo para picotear. Ya se sabe que un dulce (o un salado, que para “matar el gusanillo” cualquier opción es válida) no amarga a nadie, pero… ¡cuidado con el piscolabis que se elige: llenar el coche de migas no es muy práctico…!
Sí, es cierto, el navegador es una enorme ayuda cuando no conocemos el camino hasta el destino, cuando vamos a un sitio nuevo o, por qué no, para probar trayectos distintos a los que ya conocemos sin perdernos y acabar en la otra punta de la ciudad. Aunque los conductores confesamos utilizarlo mientras esperamos por la ansiada luz verde, no se debe manipular al volante, ni siquiera parados en el semáforo. Esto es obviamente igual para el Smartphone, aunque luchar con la tentación de responder a ese “wasap” mientras el semáforo cambia a verde… ¡Eso sí es difícil!
Al fin y al cabo, ¡qué demonios!, llevamos todo el día pensando, trabajando o calculando qué, cómo y por qué hacer o no hacer algo, ¿verdad? Pues dejémonos llevar por lo básico, al menos, un rato. Miramos fijamente al semáforo hasta que el rojo de paso al verde, metemos marcha y seguimos con nuestro camino.¡Y tan tranquilos!
Según el informe, también reconocemos que, en ocasiones, si vemos que no cruza nadie aprovechamos para pasar aunque esté en rojo (recordemos que esta infracción sale cara: concretamente, 200 euros y 4 puntos del carné), aunque también los peatones nos saltamos el semáforo cuando está en rojo (una infracción que también está sancionada con 200 euros de multa, por si no lo sabías).
Nos quedan dos cosas claras: que los semáforos deberían de adaptarse a las circunstancias reales del tráfico, para que la circulación sea más ágil, pero que son tan necesarios como hace 100 años. O más. Y tú, ¿qué haces mientras esperas al semáforo? ¿Tienes algún vicio (que sea confesable)? Compártelo con nosotros dejándolo en los Comentarios… 🙂
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