De pequeño te sabías las marcas, modelos y colores de todos los vehículos que veías en las revistas. Con solo ver el culo o los faros de ese coche rojo tan chulo sabías que era un Ford Escort. En el colegio, todos los niños querían ser futbolistas, bomberos o policías… Mientras tanto, tú les mirabas y pensabas «¡aprendices!»
Tú querías ser Colin McRae, coger las curvas y llenarte de barro a 200 km/h, pilotar como si no hubiera un mañana y no bajarte del coche ni para ir al baño.
Con los años la realidad ayuda a comprender que el sueño de ser piloto es poco menos que imposible, al igual que te das cuenta de que esa chica rubia y con ojos azules nunca va a ser tu novia, porque ni tienes un pendiente en la oreja ni una moto que haga ruido.
Trabajar en DriveSmart mola
Estás todo el día hablando de coches, de cómo descargarte la aplicación gratuita en tu móvil que te ayuda a ser un conductor de postín, elegante, respetuoso y positivo… Sí, eso es cierto, pero tampoco es lo mismo que disputar el GP de Mónaco subido en un Mercedes, no vamos a engañarte.
Ser mecánico no es lo más glamuroso ni lujoso que se te ocurre, tú lo que quieres es estar dentro, y no debajo (del coche, se entiende) así que piensas: «¿conductor de autobús?» Buff, con eso no vas a poder derrapar mucho. «¿Conductor de ambulancia?» Con lo que te mareas cuando ves sangre, no es una decisión demasiado inteligente. ¡Quieto ahí!
¿Y si me gano la vida probando coches para revistas? Me llaman desde Porsche para juzgar el nuevo 911 que acaba de salir, me paso a recogerlo por el concesionario y me dirijo al circuito que me indidiquen a derrapar, dar frenazos y volantazos y hacerle fotos: ¡Todo el día apretándole a un coche que no me puedo comprar ni en sueños!
¡He encontrado el trabajo de mi vida!
Vas dando palmas por casa, por fin sabes qué quieres ser de mayor. Probador de coches para medios de motor. Que me paguen por conducir un carrazo. ¡Qué bien suena! Me gusta, pero… ¿Qué tengo que hacer, qué estudiar, dónde apuntarme? ¿Por dónde empiezo?
Juntaletras profesional
No te habrás pensado que esto de probar un coche es solo pisar un rato el acelerador, aparcar e irte a casa, ¿verdad? El 90% de tu trabajo va a transcurrir delante de un ordenador, escribiendo. Vaya eso por delante.
Y, para escribir has de contar con una formación. Has de tener en cuenta que vas a trabajar en una publicación, por lo que deberás saber usar programas de maquetación y manejarte bien en inglés, ya que te tocará relacionarte con las marcas de forma directa.
Suspirar de manera alocada por los coches
Entendemos que este punto está más o menos superado. Y en caso contrario, no habrías llegado hasta esta línea. Pero tienes que tener en cuenta que quizá haya días en los que no te apetezca abrir el motor de otro coche más, contar el número de tornillos y estar atento a cada mínima diferencia a nivel estético que tenga con un modelo anterior, por ejemplo. Te van a pagar por ello, así que recuerda: ante todo, has de ser un profesional.
Conocimientos técnicos
No, no nos referimos a que sepas abrir el capó. Echarle agua al depósito del limpiaparabrisas o revisar el aceite, no. Te hablamos de que seas capaz de comprender cómo trabaja un motor. Valorar la influencia del chasis y la transmisión en el comportamiento del vehículo. Interpretar las mediciones que se producen en un banco de pruebas, entender las diferencias en la rodadura de los distintos tipos de vehículos… Es decir, teoría, teoría y más teoría.
¿Por dónde empezar?
Aún contando con los requisitos mínimos imprescindibles y más ilusión de la necesaria, la realidad es complicada. Hacerse hueco en este mundo no es una tarea fácil. Hay varios caminos que te pueden llegar a alcanzar la meta soñada. Aunque no todos son igual de rápidos ni sencillos de recorrer.
Por un lado, puedes acceder al mundo de las publicaciones del motor a través de una beca de Periodismo o Comunicación. De ti, de tus ganas, tu capacidad de aprender rápido y tu versatilidad dependerá que unos meses en prácticas se conviertan en tu profesión de futuro.
Otra fórmula para hacer de tu pasión tu profesión
Es apuntarte a los cursos específicos de probadores de coches que ofrecen los propios medios especializados en información de motor. ¡Ojo! Los cursos te permitirán asomarte a los aspectos fundamentales que debes tener en cuenta a la hora de probar un vehículo. Y poco más. Pero… ¿y si aprovechas los cursos para dejarles tu currículum y una prueba escrita que demuestre que tú eres el probador de coches que necesitan?
La tercera vía pasa por ser autodidacta. ¿Tienes maña con internet y te gusta mucho escribir? ¿Por qué no montas un blog de motor? Requiere mucho esfuerzo, sí. Muchas horas. Mucho tesón, también. Solo pregúntate: «¿Cuántas ganas tengo de ser probador de coches?»
:DriveSmart, al servicio del piloto de Fórmula 1, del conductor de autobús, del de la ambulancia y del probador de coches. ¡A mandar!
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