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Que el sol mejora el estado de ánimo, tiene muchos beneficios para la salud e impulsa las relaciones sociales (e, incluso, las sexuales) es un hecho. También lo es que, en determinadas ocasiones, resulta molesto, impide ver con claridad y se convierte, además, en un peligroso compañero de viaje.
Entre esas situaciones en las que Lorenzo pierde puntos destacan los momentos en los que nos encontramos al volante porque la pérdida de visión pone en riesgo tanto nuestra salud visual como nuestra seguridad vial. La solución pasa por el complemento de moda (el “must it” le llamarían los entendidos en tendencias) cada verano: las gafas de sol. Llevar :DriveSmart conectado es absolutamente necesario, pero, ¿también lo son las gafas de sol para conducir?
Durante la conducción y sin que muchas veces seamos conscientes de ellos, nos protegemos del sol para no poner en riesgo nuestra seguridad vial y la del resto de conductores. Utilizamos el parasol del coche para protegernos tras él, conducimos en una posición más erguida para que Lorenzo no nos deslumbre, entornamos los párpados para regular la entrada de luz al ojo e, incluso, somos capaces de contraer las pupilas para que los rayos ultravioletas e infrarrojos no nos dañen la visión.
El atropello a peatones, la colisión por alcance y las salidas de la vía son los más comunes. La peligrosidad aumenta en verano entre las 12 del mediodía y las 14 horas por la radiación más directa, así como en las salidas de túneles o pasos inferiores por el cambio de luz.
Sin duda, sí. Las gafas son la mejor solución para conducir con sol: han de estar homologadas (deben presentar una etiqueta que informe sobre su marcado CE, normativa de calidad y nivel de protección) para que filtren de forma adecuada los rayos UV.
Según la legislación europea se establecen cinco niveles o categorías en las gafas de sol que van, de menor a mayor protección. Es decir, de 0 a 4, considerándose los niveles 2 y 3 las mejores para un uso medio, incluyendo la conducción. No te preocupes, en cualquier óptica te pueden ayudar y asesorar para encontrar las más adecuadas a tus necesidades.
Este tipo de lente, la polarizada, aumenta el contraste por lo que ayuda a percibir las imágenes más nítidas.
Además, garantizan la eliminación del reflejo de la luz (por ejemplo, sobre el asfalto mojado) que causa fatiga visual.
Los conductores que necesitan gafas graduadas al volante deben utilizar las gafas de sol con la graduación correspondiente, por su capacidad visual y también, para no enfrentarse a una multa.
Es una situación muy incómoda, lo sabemos. Pero, si te ocurre, lo más aconsejable es disminuir la velocidad de forma progresiva y mantener la trayectoria del vehículo hasta volver a recuperar la visión. Procura, sobre todo, mantener la calma.
Si percibes que la situación (por el tipo de vía en el que te encuentras, la situación del tráfico…) es peligrosa tanto para ti como para el resto de conductores, activa las luces de emergencia para alertar al resto de usuarios. Ellos interpretarán que existe algún problema, por lo que aumentarán la atención y disminuirán la velocidad. Incluso, si las circunstancias son favorables, la mejor solución puede ser la de detener el coche, si es preciso, hasta que puedas recuperar la visión.
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Muchas gracias por las recomendaciones, me paso mucho tiempo en la carretera por el día así que me compraré alguna que siga tus indicaciones, muy buen artículo