Sal en carretera: ¿produce daños a nuestro coche?

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Los usuarios :DriveSmart se caracterizan por ser unos fanáticos del volante. Por lo tanto, tienen devoción por su coche. Los quieren como a un hijo. Y como tal tienen una serie de responsabilidades y cuidados que recaen en ellos al adquirirlos. Hablamos de “alimentación”, limpieza, revisiones… También de consentirle caprichos. Aunque igual esta comparación entre hijo y coche hace agua por algún lado. Porque se nos ocurre una diferencia entre uno y otro: el agua salada. Mientras que los niños están deseando chapotear en la playa en el agua… Nuestros coches sufren mucho con el contacto con la sal. ¿No lo sabías? Pues aprovechando que estamos en época de nevadas y que es un recurso útil para mejorar la circulación, te vamos a arrojar luz sobre los daños que pueden causar a nuestro automóvil. 

La sal como enemiga del coche

El invierno es sinónimo de temperaturas bajas. Con ellas, aparece las precipitaciones en forma de nieve. De todos es sabido que la forma de conducción varía según el estado en el que nos encontremos la carretera. Y cuando la encontramos con nieve abundante, tenemos que extremar la precaución. Porque la superficie se puede volver una pista de patinaje sobre hielo para nuestro coche.

Es habitual que se utilice sal como herramienta para combatir las placas que se forman en las calzadas. Cuando entra en contacto con el hielo, este se disipa gradualmente. Y se provoca una mejora de la adherencia del neumático con la carretera. Pero esto tiene su letra pequeña: la disolución acuosa de la sal tiene propiedades corrosivas. ¿Y esto qué puede provocar? Pues que, si permanece mucho tiempo en la pintura, la carrocería, las llantas o el chásis, el agua salada puede corroer y oxidar estos materiales. 

Cómo evitar el deterioro

Lo primero que se nos ocurre es aconsejarte que no pases por las zonas en las que haya nieve. Porque casi con total seguridad habrá sal esparcida por la carretera. Pero tranquilo, que para el que tenga que circular por ahí, se nos ocurren un par de consejos. En primer lugar, es aconsejable proteger el coche con cera. Esto funcionará como una capa de protección para la carrocería y la pintura. Y no es un procedimiento que esté basado sólo en el invierno. Sino que es positivo hacerlo en los cambios de estaciones del año.

Por otro lado, después de discurrir por las pistas nevadas, no debemos demorar mucho el lavado el coche. Es recomendable que apliquemos con insistencia en zonas que creamos que puedan haber tenido más contacto con la sal. Como en la zona baja del vehículo o en las ruedas. Y después de este paso, someterlo a un secado. Después de esto, tu coche estará protegido de sufrir algún desperfecto por la corrosión.

Y vosotros, ¿habéis tenido alguna experiencia, ya sea buena o mala, circulando por carreteras nevadas? ¿Habéis utilizados estos consejos para eliminar el agua salada? ¿O utilizáis otros remedios diferentes? Estamos ansiosos por escucharos. O en este caso, leeros. Así que déjanos un comentario y ¡cuéntanos tu experiencia!

 

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