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¿Presumes de lo que careces? El coche autónomo parece que sí y por ello hoy vamos a revelarte cuál es el elemento clave que le falta: autonomía. Qué contradicción, ¿verdad?
Y para muestra, un botón. O, en este caso, siete situaciones en las que el vehículo autónomo se vería en aprietos (aunque con :DriveSmart no hace falta que nadie te quite de conducir, eres un conductor 100% autónomo, te instalas la app para Android o iPhone y demuestras a todos lo bueno que eres al volante).
Los coches autónomos, como todas las tecnologías, cuentan con unas limitaciones determinadas. Por ello, tendría que existir un “plan b” que permitiera poder conducir manualmente el coche en circunstancias extremas o en caso de que presentase algún fallo. Eso sí, si nadie necesita sacarse el carnet, a la larga nadie sabría ni conducir ni circular. Vamos, que ser conductor en el futuro sería casi como ser astrofísico, ¡una rareza!
Si una cosa está clara es que no todo el mundo tendrá un vehículo autónomo de la noche a la mañana. Por tanto, en el hipotético caso de que el coche autónomo se llegue a comercializar, durante una buena temporada (varios años, posiblemente) tendría que convivir con otros conductores. Y no es difícil darse cuenta de que la forma de pensar, actuar y, por tanto, conducir de las personas no tiene nada que ver con las decisiones de una máquina.
Un coche autónomo, por ejemplo, no podría bajo ningún concepto saltarse un semáforo. ¿Qué ocurriría si frena en seco ante un paso de cebra sin tener en cuenta que no deja espacio suficiente al automóvil que lleva detrás para detenerse? En una situación así, un conductor trataría de cambiarse de carril o de parar un poco más adelante, pero eso no va con el coche autónomo, porque él sólo es capaz de hacer lo que está escrito en su código: frenar ante un semáforo en rojo sin tener en cuenta ni las consecuencias ni las circunstancias.
Todos sabéis, como os repetimos desde :DriveSmart, que es importante adecuar la velocidad y la forma de conducir a las circunstancias de la vía. Todos menos el coche autónomo, porque hasta el momento todas las pruebas han sido en días con clima favorable. ¡Como si siempre hiciera sol!
Un coche autónomo no sería capaz, por ejemplo, de seguir las pisadas en la nieve de otro coche, de esquivar una placa de hielo para evitar un derrape o de algo tan simple como evitar un charco demasiado profundo. Así que ya sabéis: las bicicletas son para el verano. El coche autónomo, también.
Los baches son unos grandes enemigos para el mantenimiento de un coche. Un surco inesperado o un badén que no vemos puede pasarnos factura en la suspensión, los neumáticos o en la dirección. Pero nosotros, los buenos conductores a los que nos gusta mimar a nuestro coche, sabemos cómo evitarlos, ya que un cambio de carril a tiempo puede evitarnos estos disgustos. Pero, ¿cómo los salvará el coche autónomo? ¿Cuántas visitas al taller le costarán los resaltos en la carretera? ¿O cuánto le costará al Estado acondicionar las carreteras para que ninguna presente ningún escalón?
Para saber por dónde circula y los parámetros de la vía, el coche autónomo se basa en mapas muy detallados que indican el límite de velocidad, la topografía y otras características de la carretera por la que transita. Esto quiere decir que, en ausencia de estos datos, el coche autónomo sería como un gato en un garaje.
Por tanto, sólo podrías usar tu vehículo autónomo en estas zonas cartografiadas. Se acabó el perderse por lugares lejanos, aprenderse los nombres de las calles, buscar nuevos caminos… ¡con lo que nos gusta discutir sobre cuál es el camino más corto!
En la misma línea de la cartografía y la falta de autonomía estarían las obras. Si, por alguna circunstancia se corta un carril, o están talando árboles, asfaltando o cualquiera de esas situaciones que los conductores vivimos casi a diario.. ¿cómo se enteraría el coche autónomo? De ninguna forma. Seguiría circulando por el carril cortado con el peligro que esto conlleva. Esperemos que nadie tenga que pasar por un puente en obras a bordo de su coche autónomo… Menuda experiencia.
Todo buen conductor que se precie se sabe el orden de prioridad de la señalización. Y lo primero son los agentes de la autoridad, que prevalecen ante cualquier situación. Pero para el coche autónomo un policía es una mancha en el parabrisas, no puede interpretarle y, mucho menos, obedecerle. Así que, si un agente le indica que se detenga o que baje la velocidad el coche autónomo seguirá como si tal cosa. ¿Le multarán por desobediencia? ¿Por desacato a la autoridad?
Desde :DriveSmart no nos cansaremos de repetirnos: nos fascina la tecnología y la apoyamos siempre que sirva para ayudar. Eso sí, pero a los conductores… ¡ni tocarlos!
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