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La lluvia ha estado bastante presente en las últimas semanas, por eso es un buen momento para tener en cuenta fenómenos que pueden ocurrir en la carretera a consecuencia del exceso de agua. El aquaplaning es buen ejemplo de ello. Para los que no conozcan el término, se trata de un fenómeno físico que sucede cuando las ruedas del automóvil no se adhieren bien a la carretera a causa de la lluvia, es decir, el coche flota, lo que conlleva una evidente situación de peligro.
Es complicado controlar el automóvil en estos casos, así que lo mejor es estar alerta e intentar prevenirlo con consejos como estos:
Este aspecto es imprescindible para tratar de evitar el aquaplaning. Ambos deben estar en condiciones óptimas, son igual de importantes.
Los días de lluvia es aconsejable poner la más alta recomendada por el fabricante en tus neumáticos. Los que llevan presiones bajas aumentan la superficie que roza con el asfalto y pierden la capacidad de evacuar mayores volúmenes de agua.
Esto es lo más importante, sin duda. Cuando la carretera está mojada, hay que aumentar la prudencia y conviene levantar el pie del acelerador para evitar frenazos y cambios de dirección bruscos.
Es importante también estar atento. E intentar disponer de un buen campo de visión para sortear los charcos. Es una situación donde se podría dar fácilmente los posibles episodios de aquaplaning.
Si a pesar de hacer todo esto, te ves inmerso en una situación de peligro, debes tener claro el proceso de actuación para acabar de la mejor forma posible:
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